Ante la ocasión de evitar posibles lesiones de espalda durante el embarazo, es muy importante cuidar la higiene postural en esta etapa.

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta muchos cambios físicos. Por ello es necesario prestar atención a las recomendaciones médicas profesionales en cada etapa del mismo.

Desde el blog de Equipo de la Torre os queremos dar algunos consejos sobre la higiene postural durante el embarazo

Derivado del embarazo, se pueden desarrollar problemas de espalda, y con el fin de prevenir y aliviar los mismos, en Equipo de la Torre – Unidad Integral de Neurocirugía os vamos a ofrecer una serie de pautas a seguir.

¿Qué le pasa a mi espalda durante el embarazo?

Conforme el embarazo va progresando, el vientre crece, y con esto nuestro eje de gravedad se va viendo desplazado hacia delante.

Las consecuencias de este hecho son que la espalda experimenta un nuevo estado de curvatura; y otras partes de nuestra anatomía como los músculos del abdomen comienzan a relajarse debido a hormonas como la progesterona.

Todos estos cambios pueden llegar a provocar lesiones y problemas posturales; y se producen en la mayoría de los casos de embarazos por no seguir una serie de recomendaciones.

Si hacemos caso de las pautas de nuestro médico, llevando a cabo diariamente una correcta higiene postural, podrás disfrutar mucho más de tu gestación.

Es sobre todo a partir de la semana 32 cuando los especialistas recomiendan asistir a los cursos de preparación a la maternidad.

Dolor lumbar y ciática en el embarazo

El dolor lumbar se produce en la parte baja de la espalda y es muy común durante el último trimestre de embarazo. También hay que tener en cuenta el cambio producido en esta zona debido al aumento de la curva lumbar y a factores hormonales.

El origen de estas dolencias son el aumento de peso junto con el peso del bebé, la placenta y el líquido amniótico.

La ciática también es frecuente durante el embarazo. Se trata de un dolor que se origina en la parte baja de la espalda hacia los glúteos, aumentando su intensidad.

Detrás de estos dolores puede haber muchas causas, siendo la más común la incorrecta postura a lo largo de los meses de gestación.

Se recomiendan deportes como pilates y ejercicios dentro del agua, así como ejercicios de suelo pélvico.

Posturas apropiadas durante el embarazo

Durante el embarazo, hechos o acciones tan cotidianas como la forma de caminar, se ven afectados. Con el progresivo cambio de nuestro cuerpo, comienzan a variar nuestras posturas. La forma de andar cambia al sufrir una modificación en nuestro eje, para así lograr un equilibrio (tomando andares de pato, con las piernas abiertas un poco hacia los lados).

De forma refleja, tendemos a echar los hombros hacia atrás y la cabeza hacia delante, haciendo más prominente aún la tripa. Este tipo de postura es la que debemos evitar en estos meses: tenemos que intentar andar con la espalda lo más recta posible y, además, con los glúteos apretados. Andar de esta forma es uno de los mejores ejercicios durante el periodo de embarazo.

A la hora de sentarte, sobre todo en la última recta del embarazo, es cuando más atención tienes que prestar a esta acción: la pelvis y lumbares deben estar lo más pegadas posibles al respaldo de la silla, con la espalda recta y rodillas flexionadas, sin cruzar las piernas. Un reposapiés te ayudará a mantener mejor las rodillas a la altura de la cadera.

Para levantarte, lo mejor es liberar a la espalda del mayor peso posible.

Sigue esta técnica: adelanta un poco un pie, echando el peso hacia delante curvando el cuerpo sobre las caderas y, de forma decidida pero con cuidado, incorpórate. Un consejo es sentarte en sillas altas, ya que de las bajas te costará más esfuerzo levantarte.

Si estás mucho rato de pie, la mejor postura es separar un poco las piernas para equilibrar el peso de nuestro cuerpo, cambiando la carga de una pierna a otra.

En cuanto a acostarse, lo ideal es que te sientes primero y después te tumbes de lado; y que sea sobre el lado izquierdo. No es recomendable estar tumbada boca arriba. Cuando te quieras incorporar, haz fuerza con el brazo para levantarte poco a poco, pero nunca realices el esfuerzo con el tronco, ya que así sufre bastante la zona abdominal y lumbar.     

Delante del ordenador, procura tener la espalda lo más recta posible, acercándote todo lo que puedas a la mesa. Si esto último es imposible debido al volumen de la tripa, intenta bajar la silla o elevar la mesa. Los brazos tampoco los dejes sin apoyo, y sería bueno usar un adaptador para la muñeca al usar el ratón, para no sufrir de dolor por el síndrome del túnel carpiano. Otra recomendación es levantarse cada hora y andar unos minutos para así favorecer la circulación sanguínea.