Si sufrimos algún tipo de hernia, seguro que sobre todo a los más deportistas les alegrará saber que esto no nos incapacita para poder llevar a cabo ejercicio físico.

Generalmente, y según diferentes factores como la edad, hace que tanto población sintomática como asintomática tenga algún tipo de hernia o protusión discal en la columna vertebral.

Según Koes B., 2007, del 20-36% de la población asintomática presenta hernia discal en TAC o RM (resonancia magnética). Protrusión y herniación discal se presentan tan frecuentemente en pacientes con dolor de espalda como en sujetos sanos; y solo son relevantes en los casos en los que existen signos clínicos y exploratorios que demuestran compresión radicular.

La irritación de las raíces nerviosas, por una causa mecánica o química, es la principal fuente de dolor y el origen del mismo. Esto lleva a que se produzcan alteraciones en el control neuromuscular y aparezcan síntomas como bloqueos de movimiento en algún segmento de la columna, y/o dolor irradiado hacia las piernas.

Lejos de quedarnos quietos, realizar deporte nos ayuda a fortalecer nuestro cuerpo; de forma que si hay un buen control motor y todos los segmentos vertebrales son estables, nos mantendremos alejados del foco del dolor.

Claves sobre cómo hacer ejercicio si tengo una hernia

En caso de padecer lesiones de espalda, es recomendable el ejercicio físico siempre que este supervisado por un especialista sanitario.

Las claves:
  • Enseñar a nuestro cuerpo a que puede moverse sin dolor: para ello los ejercicios deben ir de forma progresiva, adaptando mucho la carga de tal forma que el cuerpo reciba estímulos mecánicos progresivos a los que ir adaptándose sin dolor. Una vez alcancemos diferentes fases, podremos aumentar la carga tanto en intensidad como en tiempo.
  • Evitar anticiparte al dolor: pensar en el dolor solo te va predisponer a él y a sentirlo mucho antes de lo normal.
  • Adoptar normas básicas de higiene postural para ayudar a mantener a nuestro cuerpo diariamente fuera de riesgos de lesiones.
 
 
Para iniciarse de nuevo en el mundo deportivo, caminar es la forma más básica de empezar con actividad física moderada. Después podemos aumentar la forma en la que trabajamos la capacidad cardiovascular con una bicicleta estática, por ejemplo. Si aparece dolor debería consultar con un especialista sanitario y modificarse el tipo de ejercicio.

Hemos de tener en cuenta que todo proceso que ocurra en el sistema muculoesquelético y, por tanto, su integración en el cerebro, necesita un proceso de adaptación.

 

Recomendaciones más específicas según el tipo de hernia 

 
Por supuesto, no debemos olvidarnos del descanso. Dormir lo suficiente y seguido va a favorecer la respuesta del sistema inmune, que es el encargado de los procesos de reparación de los tejidos.

En relación a actividad con peso y máquinas, recomendamos comenzar con ejercicios de baja carga o donde intervenga únicamente el peso corporal. Intentaremos de este modo mejorar la resistencia y fuerza. Para continuar la progresión podremos aumentar las repeticiones y peso.

Dependiendo del tipo de hernia, su localización y el patrón del dolor, ejercicios de bajo impacto como la natación o el yoga pueden ayudarnos a trabajar el control motor, la flexibilidad y la fuerza, si la técnica es la correcta y está bien ejecutada.

Existen movimientos que deberíamos evitar sobre todo si generan dolor al realizarlos, como en los que se aumenta la presión del disco intervertebral, la flexión del tronco y la rotación. Además, es bueno tener en cuenta movimientos y posturas equivalentes para realizar todas las tareas que nos propongamos. Aquí entra en juego la importancia de la higiene postural.

Para ello, lo más importante es la valoración, el poder correlacionar la clínica del paciente con las imágenes de TAC y RM. En este apartado, debemos prestar especial atención a lo que en el ámbito sanitario llamamos banderas rojas. Una vez descartadas, es el momento de proponer un buen tratamiento.

 

Resumen de pasos a seguir para hacer ejercicio si tengo una hernia 

  • Lo primero de todo, consulta con el personal sanitario especialista adecuado si te autoriza a hacer deporte.
  • Una vez que te indiquen que puedes hacer ejercicio, saber cuáles son los que mejor te convienen según el tipo de hernia que tengas.
  • Para hernias discales, se recomienda deporte en medio acuático, ya sean ejercicios en posición vertical u horizontal, ya que reduce presión en los discos
  • Evitar ejercicios de alto impacto y rotación vertebral como el fútbol, baloncesto, tenis hasta que se vea reducida la sintomatología.
  • Haz deporte de manera progresiva, respetando las pautas que el especialista te haya recomendado; y siempre que sientas dolor, modifica tu actividad.

Existen varios tipos de hernias discales: cervicales, lumbosacras… En Equipo de la Torre somos especialistas en afecciones de columna como hernia discal lumbar o hernia cervical. Si sufres alguna de estas dolencias y te gustaría solicitar una consulta, puedes hacerlo a través de nuestro formulario web o en el teléfono 91 445 17 54. Estaremos encantados de atender tu solicitud.